miércoles, octubre 11, 2006

¡No hay excusa para la pobreza!

Nosotros, estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá, nos manifestamos dentro de la llamada global contra la pobreza “Levántate”, para que nuestros gobernantes cumplan, mediante la implantación de políticas coherentes y acordes a tal objetivo, con la promesa de atacar las causas de la pobreza declarada dentro de los Objetivos del Milenio de septiembre del año 2000.

Exigimos la erradicación de la pobreza, la reducción de las desigualdades, responsabilidad pública con rendición de cuentas, comercio internacional justo, ayudas reales al desarrollo, cancelación de la deuda externa ilegítima y respeto a la autodeterminación de los pueblos, todo dentro de un marco de lucha contra la pobreza, tomando en cuenta la igualdad de género, el respeto a grupos en desventaja y la garantía de su participación en condiciones de igualdad, en fin, exigimos el respeto al derecho humano a una vida con dignidad, donde una vivienda, alimentación suficiente, acceso al agua potable y sistemas de saneamiento, servicios de salud y educación sean comunes a todos los seres humanos.

La responsabilidad a nivel nacional por crear las condiciones para satisfacer estas necesidades mediante la aplicación de políticas públicas corresponde exclusivamente al Estado panameño, por lo tanto al gobierno que administra los recursos estatales.

Hoy, tras años de aplicación de recetas económicas importadas y carentes de un estudio previo de nuestras particularidades históricas y nuestras potencialidades y necesidades sociales, las condiciones reales de existencia de nuestros pueblos siguen deteriorándose, mientras nos siguen vendiendo las bondades del crecimiento del producto interno bruto, del libre comercio, privatizaciones, inversiones extranjeras en condiciones de seguridad jurídica para los inversores e inseguridad creciente para los ciudadanos, ampliando la brecha de las desigualdades y minimizando las posibilidades de establecer un régimen de justicia social.

Un país, que no debe ser un concepto indiferente a la suma de los hombres y mujeres que lo habitan, no progresa ampliando más de lo mismo que ha sido siempre excluyente, ni elimina la deuda social con bonos de 35 balboas mensuales. Un país progresa realmente incluyendo a todos en condiciones de igualdad, con planes integrales de desarrollo que aprovechan lo ya existente junto a todas las fuerzas que en el campo y en la ciudad se encuentran.

La injusta distribución de riquezas, las leyes que protegen y promueven tales injusticias, la caída en los niveles de bienestar, la corrupción, el desempleo, el abandono de la educación, la ciencia, la salud y la cultura, la violencia inherente al sistema y sus manifestaciones en el conglomerado social, poco harán para llevarnos al primer mundo, lo que sea que esto signifique, cosa que parecen obviar nuestras autoridades.

Nuestra meta, erradicar la pobreza, debe apoyarse en puntos lógicos, herramientas disponibles y argumentos sustentables, por eso más que protestar en abstracto por la erradicación de la pobreza, planteamos el uso de políticas sociales y económicas acordes con nuestra realidad y nuestra historia, nuestra población, nuestra cultura, nuestras aspiraciones, posibilidades y necesidades.

El Llamado Mundial a la Acción Contra la Pobreza es una coalición mundial de más de 100 países, integrada por una amplia gama de grupos, individuos y organizaciones comprometidos en la lucha constante y no coyuntural contra la pobreza, por la dignidad del ser humano y los pueblos.

El ser humano primero, ¡No hay excusa para la pobreza!


Ciudad de Panamá, 16 de octubre de 2006

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